Alabado sea Jesucristo…
El santoral católico nos recuerda hoy a San Vicente de Paul, apóstol de la caridad y fuente inspiradora para la creación –hace 180 años– por el Beato Federico Ozanam, de la primera “Conferencia Vicentina”, organización laica destinada a ayudar a los más necesitados y de las que hoy hay muchos miles en el mundo.
En el tema central de esta edición, hay una somera explicación de la actividad de la Sociedad de San Vicente de Paul y las Conferencias Vicentinas, con su benemérito accionar en favor de los más necesitados.
Para muchos laicos de todo el mundo que desean tener una acción personal de entrega a los demás en el ámbito de la caridad, integrarse a una Conferencia Vicentina en su ciudad de residencia, es una inmejorable oportunidad de poner en práctica lo que a diario predica el Papa Francisco: salir hacia las periferias… con el mismo carisma que enseñó hace cuatro siglos San Vicente de Paul y con el mismo amor al prójimo que impulsó a mediados del siglo XIX al Beato Federico Ozanam, y que los vicentinos de hoy tratamos de imitar.
Felipe
Sagrado Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para adorarte y servirte. La mies es mucha y pocos los obreros para recogerla. Es la Palabra de Dios. Alabado sea Jesucristo. Amén. Yo siembro cada día Pequeñas Semillitas con el vehemente deseo, de que se propague la Fé, en el Sagrado Corazón de Jesús. Así sea. Detente, el Sagrado Corazón de Jesús está conmigo. Casimiro López