Alabado sea Jesucristo…
Viviendo el Mes de María, es bueno recordar esta historia verdadera:
Lucía, vidente de Fátima, era postulante en el Convento de las Doroteas en Pontevedra, España cuando
tiene una aparición de la Virgen sobre una nube de luz, con el Niño
Jesús a su lado. La Santísima Virgen puso su mano sobre el hombro de
Lucía, mientras en la otra sostenía su corazón rodeado de espinas. El
Niño le dijo: "Ten compasión del Corazón de tu Santísima
Madre. Está cercado de las espinas que los hombres ingratos le clavan a
cada momento, y no hay nadie que haga un acto de reparación para
sacárselas."
Inmediatamente dijo Nuestra Señora a Lucía: "Mira, hija mía, mi Corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan
sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura
consolarme y di que a todos los que, durante cinco meses, en el primer
sábado, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el Rosario y me
hagan compañía durante 15 minutos meditando en los misterios del
rosario con el fin de desagraviarme les prometo asistir en la hora de la
muerte con las gracias necesarias para su salvación"
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para
adorarte y servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a Ti
solo busco, a Ti solo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es
conocerte y amarte. (Sol 1,1,). La mies es mucha y pocos son los
obreros para recogerla. Es la Palabra de Dios. Alabado sea
Jesucristo. Amén. Yo siembro cada día Pequeñas Semillitas, con el
vehemente deseo de que se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de
Jesús y suplico a todos los creyentes y no creyenes, que pidan
al Señor Jesucristo en oración, que no haya más guerras ni hambre
en el Mundo y reine la Paz en todos los rincones del Orbe. Así
sea. Detente, el Sagrado Corazón de Jesús está conmigo. Casimiro
López