le tira besitos.
Desde su ventana
le pide a la luna
que cuando la vea
le diga al oido
que quiere tenerla
durmiendo a su vera
con él en la cama
tan fría y vacía
y llora de pena
que pena
la mía.
Y desde el día
en que Dios
se la llevó,tiene
gran pena, en su corazón.
Recuerda su voz
y tiembla al pensar
cuando sueña de noche
con ella
se echa a llorar.
Abuelo no llores
que pronto
vendrá la luna
y bajará del cielo
una estrella
alumbrando el camino
y allí estará ella.
Te esperará arriba
en el cielo
y te dirá bajito
te quiero,te quiero,
no quiero que llores
abuelo.
Solo le queda el recuerdo
con una condena
que lleva por dentro
y corre sus venas,
mirando una estrella
y cuatro paredes
se comen sus penas.
d/a
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