Alabado sea Jesucristo…
No podemos tratar de convertir las almas sólo con nuestro propio esfuerzo, inteligencia e industria, porque la conversión es un don que Dios da al alma, y es necesario que se lo pidamos al Señor a través de la oración.
Por eso la primera y principal forma de apostolado debe ser la oración. Ningún apóstol, si quiere llevar mucho fruto, debe descuidar la oración. Incluso debe llenar con ella todo su día, dándole a la oración el primer lugar. Porque las almas se salvan con la oración y el sacrificio, y luego también con la predicación. Pero a través de la oración preparamos el terreno de las almas, para que éstas estén dispuestas a la siembra apostólica.
Santa Teresita fue declarada por la Iglesia “Patrona de las Misiones”, siendo que esta Santa jamás salió del Carmelo en que vivía su vida de clausura. ¿Qué quiere decirnos la Iglesia con ello? Que para ser misionero y apóstol, no es necesario ir a predicar a regiones alejadas, sino que lo principal es la oración, que debe ser el motor del apostolado, el alma de todo apostolado.
Hoy muchos confían sólo en la acción, y dejan de lado la contemplación y la oración. Y no es extraño que lleven tan poco fruto, puesto que sin oración no se consigue nada, y con la oración se obtiene todo. www.apostoladocatolico.com.ar
Sagrado Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para adorarte y servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a Ti solo busco, a Ti solo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es conocerte y amarte. (Sol 1,1,). La mies es mucha y pocos son los obreros para recogerla. Es la Palabra de Dios. Alabado sea Jesucristo. Amén. Yo dibulgo cada día Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de que se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y suplico a todos los creyentes y no creyentes, que pidan al Señor Jesucristo en oración, que no haya más guerras ni hambre en el Mundo, ni atentados terroristas ó políticos de guante blanco, y reine la Paz, así como el Amor, en todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro López