Mi imaginación quedó cautivada por un episodio de las aventuras de Carlos Castaneda, cuando su maestro don Juan lo envía a conocer a una bruja que tiene la capacidad de adoptar la percepción de cualquier criatura. La bruja permite a Castaneda sentirse exactamente como una lombriz de tierra. ¿Qué percibe él? Enorme excitación y poder. En vez de ser la minúscula criatura ciega que la lombriz parece a los ojos humanos, Castaneda se siente como una excavadora que aparta cada grano de tierra como si se tratara de una roca: es imponente y poderoso. En vez de parecerle un trabajo pesado, la excavación es motivo de euforia, la euforia de alguien que puede mover montañas con su cuerpo.
En tu vida hay una corriente de alegría igualmente elemental e inamovible. Una vez, el renombrado maestro espiritual J. Krishnamurti comentó algo que me resultó conmovedor. Las personas no se dan cuenta, dijo, de cuán importante es despertar cada mañana con una canción en el corazón. Cuando leí eso, hice una prueba. Pedí en mi interior escuchar la canción, y durante algunas semanas, sin participación de mi voluntad, percibí una canción; era lo primero que venía a mi mente cuando despertaba.
Pero Krishnamurti solía hablar con metáforas: en realidad, despertar con una canción significa despertar con alegría, una alegría independiente de nuestros buenos o malos momentos. Pedirte esto a ti mismo es lo más fácil y lo más difícil. Pero no lo dejes pasar de largo, no importa cuán compleja sea tu vida. Trata de liberar tu mente y cuando lo logres serás inundado por una corriente de felicidad.