Alabado sea Jesucristo…
Normalmente
encontramos dos clases de personas en la vida: las que siempre esperan
lo peor en cualquier situación, y las que imaginan lo mejor y esperan lo
positivo. ¿En cuál grupo estás? ¿Con los pesimistas o con los
optimistas? Ojalá seas de aquellos que, cuando se propone algo bueno,
comienzan a generar ideas para ver cómo se puede hacer. En efecto, es
desesperante tratar a los que buscan razones y sinrazones para mostrar
que algo no se puede hacer. Que un día lluvioso sea para ti un día
diferente y no un día terrible, que veas en cada obstáculo un desafío y
no un problema. Está demostrado que atraemos lo que pensamos. De ahí que
si esperas lo peor vas a encontrarlo. Elige concentrarte en lo
positivo. Pobre de ti si en cada heridita ves ya una hinchazón, en cada
resfriado una pulmonía y en cada llovizna una tempestad. Ten presente
que el optimista siempre gana, ya que él nunca anticipa dolores ni
angustias posibles o probables. Tú también elige contemplar la cara
risueña de la existencia.
¡Buenos días!
Prodigios de misericordia
Los
salmos te ofrecen la oportunidad de descubrir pensamientos que impactan
con fuerza. Son como perlas que encuentras. Puedes subrayarlos y
coleccionarlos. Cuando tengas un conjunto apreciable, intenta unirlos
con cierta lógica, y tendrás un precioso collar de frases luminosas para
guía, consuelo y animación en tu camino. Es lo que aquí te presento: un
bello collage.
En
medio de tu templo, Señor, medito en tu misericordia (48). Recuerdo las
proezas del Señor, sí, recuerdo tus antiguos portentos, medito todas
tus obras, considero tus hazañas. ¡Oh Dios!, tus caminos son santos.
¿Qué Dios es grande como nuestro Dios? (77). Bendito seas, Señor, que
has hecho por mí prodigios de misericordia. (31). Gustad y ved qué bueno
es el Señor (34). ¿Con qué pagaré al Señor todo el bien que me hizo?
(116). Bendice, alma mía al Señor y no olvides nunca sus beneficios
(103). El poderoso ha hecho obras grandes por mí, su nombre es santo y
su misericordia llega a sus fieles de generación en generación (Lc 1,
49-50).
Tener
fe es haber descubierto el inmenso amor que Dios tiene por ti; y, ante
tan enorme y fascinante hallazgo, organizar toda tu vida como una
respuesta fiel y coherente. El Espíritu de Dios, Espíritu de amor, te
ayude a interiorizar este pensamiento en la meditación, porque está en
el centro de la auténtica relación con el Señor. Que él te asista y te
bendiga.
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un
día más para adorarte y servirte. Hagamos como
decía San Agustín: Señor a Ti solo busco, a Ti
solo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es conocerte
y amarte. (Sol 1,1,). La mies es mucha y pocos son
los obreros para recogerla. Es la Palabra de Dios.
Alabado sea Jesucristo. Amén. Yo dibulgo
cada día Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo
de que se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de
Jesús y suplico a todos los creyentes y no creyentes, que pidan al Señor Jesucristo en oración, que no haya más guerras ni hambre en el Mundo, ni atentados terroristas ó políticos de guante blanco, y reine la Paz, así como el Amor,
en todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente,
el Sagrado Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro
López