Juan
Ramón Jiménez, en su juventud, fué un poeta que en su escritura
no sobresalía y sólo cuando contrajo matrimonio con la joven Zenobia,
empezó a destacar en sus letras, con los consejos y ayuda de su esposa,
que era una mujer muy culta e inteligente y que amaba por encima de
todo a Juan Ramón, y que le dio un nuevo rumbo a su amado; al guiárle
por el camino correcto que lo haría triunfar, costándole a ella un gran
esfuerzo, porque en aquellos tiempos la mujer estaba en seguna fila
-poco valorada- pero con el gran amor que se tenían -ambos- lo supo
elevar a la cima y hacerlo un insigne poeta, sacándole de la mediocridad
que se encontraba. Llegando Zenobia a decir en uno de sus diarios, que
sin ella el poeta se habria hundido en el pozo sin fondo que estaba
metido, pero que en el dia que juntó su destino con el mío,cambio ese
fin. Después de todo, soy yo dueña de mi propia vida, y Juan Ramón, no
puede vivir la suya aparte de la mía. Y yo no acabo de ver ningún ideal
que valga arrojar una vida, pese a todo lo que se proclama. En esta
empresa nuestra, yo siempre he sido Sancho. Casimiro López.
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