Alabado sea
Jesucristo…
La proclama insistente del Papa Francisco es clara: es
necesario salir al encuentro de las personas que viven en los márgenes de la
sociedad.
Hay que caminar del centro de las comunidades
parroquiales a las situaciones de periferia, que no siempre se identifican con
criterios geográficos.
La brecha cultural y afectiva que existe entre las
personas que se han distanciado de la fe cristiana está ahí: hay mucha gente
que se educa en colegios de inspiración cristiana, que participa
esporádicamente en celebraciones religiosas, más por convenciones sociales que
por interés personal, que han experimentado cierto desaliento o hasta rechazo
ante la tibieza de nuestro compromiso cristiano.
Cuando vivimos lealmente nuestra fe, cumpliendo las
exigencias del Evangelio en la vida cotidiana, hacemos vida la metáfora de la
sal de la tierra.
"La verdad católica"
¡Buenos días!
Aceptar a los padres
Una actitud muy
necesaria en la vida es la capacidad de aceptación que nace del realismo.
Gracias a ella dejamos de estrellarnos contra los hechos y buscamos lo mejor
con lo que somos y lo que tenemos. A veces puede suceder que rechacemos a
nuestros padres por algún rasgo negativo: falta de cultura, o su aspecto, o su
carácter. Una oración para curar estas heridas.
Dios mío, si alguna vez sentí vergüenza o
aversión por mis padres, en este día yo los abrazo con cariño y amor. Pido
perdón por mi ingratitud; y de tus manos yo los acepto con gratitud y emoción.
Si acaso ellos ya fallecieron, igualmente yo los abrazo, los amo, los acepto
profunda y totalmente en el misterio de tu Santa Voluntad. Gracias por el
regalo de mis padres, y bendita sea su memoria para siempre.
Un signo de
madurez es aceptar la realidad y poseer suficiente solidez y equilibrio para
vivirla. La persona madura es objetiva: sabe valorarse a sí mismo sin dejar de
valorar a los demás. Es capaz de tomar una decisión y sostenerla. Madurez es el
arte de vivir en paz con lo que no se puede cambiar. Ejercítate, pues cada día,
en esta sabiduría de sano realismo.
Padre Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme
un día más para adorarte y servirte. Hagamos
como decía San Agustín: Señor a Ti solo busco, a
Ti solo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es
conocerte y amarte. (Sol 1,1,). La mies es mucha y
pocos son los obreros para recogerla. Es la
Palabra de Dios. Alabado sea Jesucristo. Amén. Yo dibulgo
cada día Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo
de que se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de
Jesús y suplico a todos los creyentes y no
creyentes, que pidan al Señor Jesucristo en oración, que no haya más guerras ni hambre en el Mundo, ni atentados terroristas ó políticos de guante blanco, y reine la Paz, así como el Amor,
en todos los rincones del Orbe. Así sea.
Detente, el Sagrado Corazón de Jesús, está conmigo.
Casimiro López