Alabado sea
Jesucristo…
El camino de la fortuna no tiene ningún secreto. Según lo
explica Benjamín Franklin, la fórmula es bien sencilla: trabajo, orden y
ahorro. Son las tres virtudes que combaten a los vicios de la vagancia y la
pereza. Nos advierte de no malgastar el dinero en las fantasías que nos
inculcan y los estímulos en los que nos hacen creer diariamente. Nos incita a
no contraer deudas, que es el mal de toda economía y ahorrar al menos la mitad
de lo que ganemos. No deja de ser curioso que en occidente estamos justamente
haciendo todo lo contrario.
No ahorramos y nos hemos endeudado tanto que nos será
difícil salir de esta. Quizás deberíamos retomar los viejos consejos de este
sabio y no dejarnos llevar por la ilusión de la esperanza o la ensoñación de
tiempos mejores.
Así que sigamos trabajando, con orden y disciplina y
ahorremos todo lo que podamos porque nunca sabemos qué pasará mañana… Tampoco
olvidemos que más allá de la fortuna material, está la fortuna espiritual… De
esta ya hablaremos, porque su camino es más tortuoso y a la vez más
desconocido.
Seamos ricos por dentro y por fuera y que la pobreza
material y espiritual no sean impedimentos para alcanzar nuestra merecida
felicidad. Así, de nuevo el camino del medio, para que el péndulo repose en su
máximo equilibrio.
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un
día más para adorarte y servirte. Hagamos como
decía San Agustín: Señor a Ti solo busco, a Ti
solo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es
conocerte y amarte. (Sol 1,1,). La mies es mucha y
pocos son los obreros para recogerla. Es la Palabra
de Dios. Alabado sea Jesucristo. Amén. Yo dibulgo
cada día Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de
que se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de
Jesús y suplico a todos los creyentes y no creyentes, que pidan al Señor Jesucristo en oración, que no haya más guerras ni hambre en el Mundo, ni atentados terroristas ó políticos de guante blanco, y reine la Paz, así como el Amor,
en todos los rincones del Orbe. Así sea.
Detente, el Sagrado Corazón de Jesús, está conmigo.
Casimiro López
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