Alabado sea
Jesucristo…
Jesús sube al monte y se acercan muchas personas a
escucharle. Habla de la verdadera felicidad en las bienaventuranzas, del
compromiso fraterno, del amor a los enemigos, de reconocer y dirigirse a Dios
como Padre. Y ahora, siguiendo el Sermón de la Montaña, va al fondo: Amor y
confianza absoluta en Dios... Ésta debe ser la primera preocupación de sus
seguidores y seguidoras, la preocupación central, la verdadera e importante.
Jesús nos avisa del peligro que supone convertir el
dinero de medio en fin. Sabe que la seducción del dinero deshumaniza a las
personas y es incompatible con la sencillez, la compasión y la libertad
interior. Lo que está en juego es la fidelidad a Dios o a la idolatría del
dinero. Es necesario optar, porque son incompatibles.
Jesús me repite: no andes preocupado, no te inquietes por
lo que no es fundamental para construir un mundo más humano, más justo y más
feliz para todos.
Jesús dice que la felicidad no depende de los bienes
materiales, por muchos que se tengan.
Jesús nos asegura que la codicia, la ansiedad, la
ambición, el egoísmo, la prepotencia, el afán de poder no es el camino a la
auténtica felicidad. Lo que hace feliz al ser humano es el respeto a sí mismo y
a los demás, practicar la generosidad, la bondad, el amor..., poniendo la fe y
la confianza, en sus manos. Solo el amor
es digno de fe.
Es una invitación a confiar plena y activamente en Dios,
colaborando en su proyecto de construir un mundo más justo, más solidario, más
amable, más humano para todos. “Busquen ante todo el reino de Dios y lo que
es propio de él, y Dios les dará lo demás”.
¡Buenos días!
El cuervo y la víbora
Hay en ti dos
facultades que te ayudan a tomar buenas decisiones. Son la inteligencia y la
voluntad. La inteligencia evalúa las razones a favor o en contra, y ve claro lo
más conveniente. Entonces tu voluntad se lanza a la acción. A este proceso se
lo llama discernimiento. Es un grave error decidirse arrastrado por una emoción
violenta porque oscurece la razón.
Andaba un cuervo muy hambriento y preocupado
porque no encontraba comida. Cuando de pronto vio junto a un pajonal,
calentándose al sol, a una suculenta víbora. Sin pensarlo dos veces cayó sobre
la dormilona, la aferró con sus garras y emprendió el vuelo. Pero la víbora
despertando de su sueño, se volvió rápidamente contra el voraz pajarraco y lo
mordió. El cuervo sintió un terrible ardor en su sangre y ya a punto de morir
dijo: — ¡Desdichado de mí, que encontré un tesoro, pero a costa de mi vida! (Esopo).
Cuántas veces,
ansioso por liberarte de un problema desagradable y ofuscado por zafarte cuanto
antes, tomas una mala decisión, que al poco tiempo lamentas. Recupera primero
la calma y estudia luego con objetividad el asunto. Puedes también escuchar el
parecer de alguna persona competente que te aclare aspectos desapercibidos del
tema.
Padre Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más
para adorarte y servirte. Hagamos como decía San Agustín:
Señor a Ti solo busco, a Ti solo amo y tuyo quiero ser. Mi
único deseo es conocerte y amarte. (Sol 1,1,). La mies es
mucha y pocos son los obreros para recogerla. Es la
Palabra de Dios. Alabado sea Jesucristo. Amén. Yo dibulgo
cada día Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de que
se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y
suplico a todos los creyentes y no creyenes, que pidan al
Señor Jesucristo en oración, que no haya más guerras ni
hambre en el Mundo y reine la Paz en todos los rincones del
Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado Corazón de Jesús está
conmigo. Casimiro López