5ª Parte:
Venir a mi todos los que amáis, aquellos que sabéis de amor, los que habéis paladeado,su esplendor y dolor, y, por ello, podéis dar clara razón, por, muy bien, conocer el penar de su amargo sinsabor de su dolorosa condena , esa, que cada mañana, nos canta el trovador imitando el dolor de ser ruiseñor, al sentirse enamorado del eternal amor Aquellos que no tenéis pudor en dejar vuestra alma al descubierto hacia Oriente, brille el en cielo, el más mágico lucero, O entre las doradas arenas del desierto El ximun, sin piedad, arrecie. Si por favor....¡ yo os lo suplico! decirme si es cierto que, a él, igual que en un sueño se puede acceder, atravesando el dulce vergel, del verde-fuego, del más radiante esplendor, que, a todos, deslumbra con su fulgor... y es allí donde se torna en intenso aroma de clavel, para regalar al amante que le es fiel ... Quizá, acariciando la señorial y esplendorosa , rosa, tan altiva, perfumada y misteriosa, que cruel castiga, a quien osa segar su vida, clavándole la dolorosa espina del insufrible dolor y desengaño; o quizá? Se encuentra, en la loma de la alta montaña así esté nevada y al amor dormida, El amor, cual planta de esperanza nace, y medra sutil en cualquier lugar, Así sea Flor, Mar ,Montaña o Lucero, Y su brillo, todo lo embellece, y nos estremece, con su maravillosa gallardía, perfume y melodía, Así sea noche, o día, Con su derroche De alegría todo lo engalana mientras a la puerta de nuestro corazón con premura llama, y, para si, nos reclama... Oh bella Afrodita, hermosa mujer y diosa, del amor y de la belleza, surgida de la blanca espuma, de la amada Mar, permíteme amar y eternamente saber del amor, aunque en aras de su dolor, atravesada por cientos de espinas, cual si fuese la de Cassia, la rosa,
5ª Parte.
Continuará.
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