Comentario. P. Semillitas...
Hoy
se nos invita a contemplar el estilo de la realeza de Cristo salvador.
Jesús es Rey, y —precisamente— en el último domingo del año litúrgico
celebramos a Nuestro Señor Jesucristo Rey del universo. Sí, Él es Rey,
pero su reino es el «Reino de la verdad y la vida, el Reino de la
santidad y la gracia, el Reino de la justicia, el amor y la paz»
(Prefacio de la Solemnidad de Cristo Rey). ¡Realeza sorprendente! Los
hombres, con nuestra mentalidad mundana, no estamos acostumbrados a eso.
Un
Rey bueno, manso, que mira al bien de las almas: «Mi Reino no es de
este mundo» (Jn 18,36). Él deja hacer. Con tono despectivo y de burla,
«‘¿Eres tú el rey de los judíos?’. Jesús respondió: ‘Tú lo dices’» (Mt
27,11). Más burla todavía: Jesús es parangonado con Barrabás, y la
ciudadanía ha de escoger la liberación de uno de los dos: «¿A quién
queréis que os suelte, a Barrabás o a Jesús, a quien llaman el Mesías?»
(Mt 27,17). Y… ¡prefieren a Barrabás! (cf. Mt 27,21). Y… Jesús calla y
se ofrece en holocausto por nosotros, ¡que le juzgamos!
Cuando
poco antes había llegado a Jerusalén, con entusiasmo y sencillez, «la
gente, muy numerosa, extendió sus mantos por el camino; otros cortaban
ramas de los árboles y las tendían por el camino. Y la gente que iba
delante y detrás de él gritaba: ‘¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el
que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!’» (Mt 21,8-9).
Pero, ahora, esos mismos gritan: «‘Que lo crucifiquen’. Pilato insistió:
‘Pues, ¿qué mal ha hecho?’. Pero ellos gritaban más fuerte: ‘¡Que lo
crucifiquen!’» (Mt 27, 22-23). «‘¿A vuestro Rey voy a crucificar?’
Replicaron los sumos sacerdotes: ‘No tenemos más rey que el César’» (Jn
19,15).
Este
Rey no se impone, se ofrece. Su realeza está impregnada de espíritu de
servicio. «No viene para conquistar gloria, con pompa y fastuosidad: no
discute ni alza la voz, no se hace sentir por las calles, sino que es
manso y humilde (…). No echemos delante de Él ni ramas de olivo, ni
tapices o vestidos; derramémonos nosotros mismos al máximo posible» (San
Andrés de Creta, obispo).
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)