Alabado sea Jesucristo…
“Tú ves, oh Jesús, nuestra necesidad. Necesitamos de ti, y de nadie más. Sólo tú puedes advertir cuán grande, cuán inconmensurablemente grande es la necesidad que tenemos de ti en esta hora del mundo. El hambriento se imagina que busca pan, y en realidad tiene hambre de ti. El sediento cree desear tan sólo tomar agua y en realidad tiene necesidad y sed de ti. El enfermo se ilusiona con el ansia de la salud y su mal está en la ausencia de ti.
Y nosotros ahora, en estos días grises y malos, en estos años que son condensación y acrecentamiento insoportable de dolor y muerte, tenemos necesidad de ser salvados sin demora por ti. Te esperarnos, día a día, a pesar de nuestra indignidad; y todo el amor que podemos rastrear en nuestros corazones devastados será para ti, oh Crucificado, que fuiste atormentado por amor nuestro y que ahora nos atormentas con todo el poder de tu implacable amor”.
Giovanni Papini Sagrado Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para adorarte y servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a Ti solo busco, a Ti solo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es conocerte y amarte. (Sol 1,1,). La mies es mucha y pocos son los obreros para recogerla. Es la Palabra de Dios. Alabado sea Jesucristo. Amén. Yo dibulgo cada día Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de que se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y suplico a todos los creyentes y no creyentes, que pidan al Señor Jesucristo en oración, que no haya más guerras ni hambre en el Mundo, ni atentados terroristas, ó políticos de guante blanco, y reine la Paz, así como el Amor, en todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro López |