Alabado sea
Jesucristo…
Si el impulso está de tu lado, aprovéchalo. Si vas bien,
sigue adelante y fortalécete más aún. No permitas que tu éxito haga que dejes
de tener éxito. Antes de que la meta haya sido alcanzada, ten otra meta lista y
esperando para tomar su lugar. Cada logro abre la puerta a muchas otras
oportunidades. Cada éxito abre el camino hacia éxitos mayores aún.
Cuando el trabajo haya sido completado, celebra la
victoria poniendo la mira más alto aún. Habrás definido firmemente un patrón de
conducta positivo, así que sigue avanzando y mejora a partir de allí. El valor
que acabas de generar puede ahora ser aprovechando positivamente. Tan sólo
imagina lo que ahora sería posible. Los grandes logros se construyen a partir
de pequeños éxitos. Mantén el impulso en movimiento y no habrá límites en
cuanto a lo que podrás alcanzar.
¡Buenos días!
Enséñame a ser generoso
La generosidad es
una virtud que te pone en sintonía con Dios que es todo amor y donación de sí
mismo. Cada día puedes empezar a ser generoso en gestos pequeños. Con la
práctica se te irá abriendo el corazón, descubrirás la alegría de dar y
comprobarás, maravillado, que recibes mucho más de lo que das.
Señor, enséñame a ser generoso, a dar sin
calcular, a devolver bien por mal, a servir sin esperar recompensa, a acercarme
al que menos me agrada, a hacer el bien al que nada puede retribuirme, a amar
siempre gratuitamente, a trabajar sin preocuparme del reposo. Y, al no tener
otra cosa que dar, a donarme en todo y cada vez más a aquel que necesita de mí
esperando sólo de ti la recompensa. O mejor: esperando que tú mismo seas mi
recompensa. Amén.
El egoísmo
atrofia al hombre, que sólo en la donación generosa a los demás. encuentra su
madurez y plenitud. Si te preocupas demasiado por ti mismo y tu propio entorno,
si vives para acumular dinero y comodidades, no te quedará tiempo para los
demás. Si no vives para los demás, la vida carecerá de sentido para ti, porque
la vida sin amor no vale nada.