Alabado sea
Jesucristo…
Estamos transitando los días de este mes de Junio, tan
pletórico en celebraciones importantes para los católicos. Mes del Sagrado
Corazón de Jesús, cuya fiesta es -este año- el viernes 27 (tercer viernes
posterior a Pentecostés). Fiesta del Inmaculado Corazón de María (sábado
siguiente). Nuestra Señora de la Consolación (hoy 20). Otros santos “enormes”
como Justino (día 1), Efrén (día 9), Bernabé (día 11), Antonio de Padua (día
13), Romualdo (día 19), Juan Bautista (día 24), Ireneo (el 28), Pedro y Pablo
(el 29)… sin desmerecer en nada a otros grandes santos que también se celebran
en este mismo mes. La devoción al Sagrado Corazón de Jesús, puede llevarnos
al cielo. María es nuestra abogada e mediadora infalible. Y los santos son los
intercesores que tenemos para, a través de ellos, acercarnos
más a Dios…
Aprovechemos entonces cada día de este mes para dar un
paso más hacia adelante en el camino de nuestra propia santidad.
¡Buenos días!
Descubre a Dios cada día
La Reina de la
Paz insiste en la oración de cada día, momento para sentirte en la presencia de
Dios, descubriéndolo presente en tu vida. En un ambiente de fe y recogimiento
te abres a su amor y tomas fuerza contra ese enemigo que está en cada uno y se
llama egoísmo, con sus diversos disfraces de vanidad, orgullo, ira, rencor,
sensualidad, injusticias, ambiciones…
“¡Queridos hijos! No olviden que están sobre
la tierra en camino hacia la eternidad y que la morada de ustedes está en los
cielos. Por eso, hijitos, estén abiertos al amor de Dios y dejen el egoísmo y
el pecado. Que la alegría de ustedes sea únicamente el descubrir a Dios en la
oración cotidiana. Por eso, aprovechen este tiempo y oren, oren, oren, y Dios
está cerca de ustedes en la oración y a través de la oración. ¡Gracias por
haber respondido a mi llamado! ”
La Virgen María
te recuerda que vas hacia la eternidad. “Queridos míos, yo los exhorto, como a
gente de paso y extranjeros: no cedan a esos deseos carnales que combaten
contra el alma”, (1Ped 2, 11-12). “Busquen los bienes del cielo donde Cristo
está sentado a la derecha de Dios. Tengan el corazón puesto en las cosas del
cielo y no en las de la tierra”, (Col 3, 1-2).
Padre Natalio