Alabado sea
Jesucristo…
Una de las cosas que más difícil nos resulta en la vida
de relación es perdonar. Aun sabiendo que es parte del mandamiento del amor que
Jesús nos enseñó, todos comprobamos que en el momento de hacerlo, nos cuesta
bastante saber perdonar a los que de alguna manera nos ofenden, nos agreden o
nos causan algún mal.
Por eso, resultará muy útil, cuando nos cueste perdonar,
hacer esta pequeña oración:
“Señor Jesús, no me
resulta fácil perdonar, y el rencor es un fuego que me quema. Dame, Señor
Jesucristo, un corazón manso, paciente, benigno y humilde como el tuyo. Cristo
Jesús, haz que mi corazón se parezca cada vez más al tuyo. Dame, Señor, la
Gracia de la humildad. Dame, Señor, te lo ruego, la Gracia de perdonar de todo
corazón. Amén.”
¡Buenos días!
Dios, amigo del silencio
Santo Tomás de
Aquino, tan santo como sabio, dejó estos breves consejos a los que anhelan la
sabiduría que viene de lo alto: “No hables demasiado, ni te entregues a
distracciones. Ama la pureza de conciencia. Entrégate a la oración. Ama la soledad,
si quieres llegar un día a la morada de la sabiduría”.
Necesitamos encontrar a Dios y no lo hallamos
en medio del ruido y de la agitación. Dios es amigo del silencio. Miren cómo la
naturaleza empuja hacia el silencio. Miren cómo las estrellas, la luna, el sol
se mueven en silencio. ¿Nuestra misión no consiste en dar a Dios a los pobres
sin techo? No a un Dios muerto, sino a un Dios vivo, que ama. Cuanto más
recibimos en el silencio de la oración, tanto más entregaremos en nuestra
actividad. Necesitamos el silencio para mover a las personas. Lo importante no
es lo que decimos nosotros, sino lo que Dios nos dice, y lo que dice a través
de nosotros. Teresa de Calcuta,
El cardenal
Carlos Martini, arzobispo de Milán, cuyos libros se vendían como pan caliente,
escribió: “Aun en la vida cotidiana más afanosa y complicada, estoy seguro que
es posible reservarse algunos momentos de silencio, si lo deseamos de verdad,
para retomar la conciencia de sí mismo y mirar desde ahí alrededor”.
¡Advertencia muy sabia!
Padre Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un
día más para adorarte y servirte. Hagamos como
decía San Agustín: Señor a Ti solo busco, a Ti
solo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es conocerte
y amarte. (Sol 1,1,). La mies es mucha y pocos son los
obreros para recogerla. El Señor dijo: Vengan a mí los que
estan cansados y agobiados, que yo los consolaré Mt 11.28. Es la
Palabra de Dios. Alabado sea Jesucristo. Amén. Yo dibulgo
cada día Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo
de que se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de
Jesús y suplico a todos los creyentes y no creyentes,
que pidan al Señor Jesucristo en oración, que no haya
más guerras ni hambre en el Mundo, ni atentados
terroristas, ni políticos de guante blanco y reine la Paz, así como
el amor, en todos los rincones del Orbe. Así sea.
Detente, el Sagrado Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro López.