Alabado sea
Jesucristo…
A iniciar esta edición de “Pequeñas Semillitas” las
primeras palabras son para agradecer los muchos saludos recibidos en la víspera
con motivo de cumplir ocho años de presencia de esta humilde página que tan
solo pretende hacer realidad el pedido de San Juan Pablo II, que decía que “los cristianos estamos obligados a utilizar
los mejores medios de comunicación a nuestro alcance en cada época, para
difundir el Evangelio de Cristo”.
Y en segundo lugar, un anuncio: durante la próxima semana
(desde el lunes 14 hasta el domingo 20 inclusive) no se editará “Pequeñas
Semillitas” para tomar un breve descanso.
¡Buenos días!
Felicidad del corazón
“No profieran
palabras inconvenientes; al contrario, que sus palabras sean siempre buenas,
para que resulten edificantes cuando sea necesario y hagan bien a aquellos que
las escuchan” (Efesios 4, 29). San Francisco de Sales escribió: “El trato
cortés y delicado es la crema de la caridad”. Que este mensaje oriente cada día
tu conducta.
Nunca la dicha y la maldad se vieron juntas.
El daño que causemos a los demás se volverá contra nosotros. Fíjate en lo que
te ocurre cuando, por ejemplo, lastimas a un compañero con una frase grosera.
Al poco rato reflexionarás en lo que dijiste; comprenderás que has procedido
mal; preferirías haberte expresado de otro modo. Sólo tienes un medio para
librarte de la pena: buscar a la persona que has ofendido y pedirle disculpa
por tus palabras. Mayor será tu amargura si empleas la violencia contra
alguien. Te dolerá más a ti, pues te dolerá en el alma. Te durará más el
sufrimiento, porque la conciencia te recordará tu crueldad por meses y años.
Ser bueno es la primera condición para sentirte feliz.
La buena
convivencia comienza por el respeto. Respetas a una persona cuando la tienes
por lo que es: un ser humano con toda su dignidad. Una forma distinguida de
respeto es el trato cortés y urbano. Las reglas fundamentales de la cortesía
son bien simples: alabar lo bueno de los otros, suprimir los reproches, dar
importancia a los demás y prestarles atención.
Padre Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un
día más para adorarte y servirte. Hagamos como
decía San Agustín: Señor a Ti solo busco, a Ti
solo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es conocerte
y amarte. (Sol 1,1,). La mies es mucha y pocos son los
obreros para recogerla. El Señor dijo: Vengan a mí los que
estan cansados y agobiados, que yo los consolaré Mt 11.28. Es la
Palabra de Dios. Alabado sea Jesucristo. Amén. Yo dibulgo
cada día Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo
de que se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de
Jesús y suplico a todos los creyentes y no creyentes,
que pidan al Señor Jesucristo en oración, que no haya
más guerras ni hambre en el Mundo, ni atentados
terroristas, ni políticos de guante blanco y reine la Paz, así como
el amor, en todos los rincones del Orbe. Así sea.
Detente, el Sagrado Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro López.