devuelto sin tardanza por tu boca callada.
Cuando la incertidumbre o el pesar
se apoderan de mi alma cansada, no hace falta
ni pedir, ni decir. Tan sólo con la mirada,
me traes como el viento susurrando preciso todo lo que necesito.
Risas y diversión siempre tenemos,
pero cuando se tornan si es que lo hacen en nubes oscuras,
no te apartas de mi lado, cobijándome entre tus brazos
afrontas junto a mí la tormenta venidera.
Quizás esta pequeña muestra se haga escasa
ante tus méritos, precisamente ahora es cuando
me alegro de mis palabras, al imaginarte leyendo estas líneas,
una sonrisa se escapa de mi boca cómplice de tu mirada,
buscando tus labios encuentro tu risa.
Gracias por enésima vez, por los momentos
vividos y por la amistad que me brindas,
que a oscuras y en silencio no hace falta decir
nada, para que sepamos lo que somos;
...........................
Cómplices y amigos.