Esa vez, me pediste que me quedara que no me marchara,
que querías amanecer conmigo en tu cama.
Entre risas y sorprendido acepte tu propuesta recordé
que la vida es una
y hay que vivirla completa
Y fue así como deseé, que no llegara el mañana, quería seguir sintiendo el derroche, de tus juegos de chiquilla en la cama
Que esa noche no cesaran tus caricias, y así colmar nuestros deseos, con tus pícaras malicias, y tus muchos dulces besos
Pedí que no se ausentara la luna, que no le diera al día paso para no terminar la fortuna, de estar entre tus brazos
Cuando nos atrapó la mañana casi sin dormir, sudorosos y exhaustos juramos volver al mismo lugar, para otro encuentro igual de intenso en ese mismo espacio.