Alabado sea
Jesucristo…
El emperador y filósofo romano Marco Aurelio (121-180
d.C.) dejó un libro de Meditaciones del cual quiero meditar éstas:
- Sofoca tus fantasías y ten presente que tu felicidad
depende de lo que tienes dentro, no del exterior.
- Recibe sin orgullo y da sin esfuerzo. Nacimos los unos
para los otros, por eso guía a los otros o acéptalos.
- No son los hechos los que te perturban, sino el juicio
que tienes sobre ellos. De ti depende cómo miras la realidad.
- Un alma libre de bajos instintos es una fortaleza
inexpugnable y un refugio de constante serenidad.
- No te contentes solo con respirar el aire que te rodea,
siéntete uno con el universo y con Dios.
- Buscar sólo los placeres y rehuir las fatigas, es un
camino que lleva a las sombras no a la luz.
- Toda falta la cometes contra ti mismo, porque todos los
seres humanos somos lo mismo, somos uno.
Gonzalo Gallo
¡Buenos días!
Cuando falta amor
La comunicación
te abre a las riquezas de las personas, mientras dejas que también ellos crezcan
con tus propios dones. Sin la comunicación, que es abrirse a los demás y
aceptarnos mutuamente, no puede haber verdadero amor. Encerrarse en uno mismo
es muerte, en cambio abrirse como hermano es vida, libertad y madurez.
Un niño que sufría por las riñas y conflictos
diarios de sus padres, preguntó un día a su papá cómo comenzaban las guerras.
El papá, pacientemente, se sentó y empezó a explicarle: —Imaginemos que México
se enoja con Guatemala... La mamá, que
oía la charla, le interrumpió bruscamente:
—Pero México y Guatemala no están enojados. El papá: —Lo sé, pero es un
caso hipotético. La mamá: —Pero así confundes al niño. El papá: —¡No, mujer, no!
La mamá: —¡Sí hombre, sí, no me contradigas! El niño: —Papá. ¡Ya entendí cómo
comienza una guerra!
De la
comunicación depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la paz o la
guerra. Que la verdad debe ser dicha en cualquier situación, de esto no cabe
duda, mas la forma con que debe ser comunicada es lo que provoca en algunos
casos, grandes problemas. Que sepas dialogar siempre con respeto y humildad.
Enviado por el P. Natalio