¡OH, AMOR!
¡Oh, amor!
Que llegaste en el momento preciso
de reanimar mi alma en quiebra,
disipando la tortura de tristezas pasadas
y rehabilitando mi fortaleza en ruinas.
¡Oh, amor!
Que con tu primera compañía
despertaste todo lo que en mí había muerto
aquella deliciosa noche,
que nuestros cuerpos gozaron
el uno en los brazos del otro.
¡Oh, amor!
Que como soplo de aire limpio
apartas de mi cielo las nubes de dolor
con palabras naufragando en calidez
que desborda a mis recuperados oídos.
¡Oh, amor!
Que engrandeces mi felicidad
con el dulce poder de tu espíritu
haciendo vibrar al mío
al son de la música callada
de la unión que perfecciona
el ensamblaje de los cuerpos,
como un canto vital
que me obliga a renacer diariamente.
¡Oh, amor!
Que con tu cuerpo prendes el mío
abrasando completamente mis cinco sentidos
y alumbrando el jardín perdido
de mi conciencia paralela.
¡Oh, amor!
Tus lindas manos se convierten
en los sedosos pétalos de la más bella flor
cuando buscan incansables
el atisbo de mi locura
y la nitidez de tu mirada
me transporta al paraíso del perenne placer.
¡Oh, amor!
Mi valiosa verdad yace en tu piel,
y es en ella donde convalezco
tras mi derribo después del orgásmico vuelo...
Desarmado.
¡Oh, mi vida!
Tu ser en pleno
cobijándomos cada noche,
rendidos en la suma plenitud
y mi amor resucitando al nombrarte...
JOHAN
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