ANSIADO ENCUENTRO.
Cuando llegue nuestro día
no habrá juegos de perversión,
solo el calor de tu sonrisa
y el deseo de mi corazón.
Así me has pedido que sea,
tras tres años de mutuo amor.
De besos una enorme marea,
te he dado mi palabra de honor.
Nada de ímpetu ni desenfreno
que precipiten nuestra eclosión.
Nos regalaremos un besar casi eterno
con prolongada pasión.
Tembloroso te despojaré de tu ropa,
mientras tú desvistes mi cuerpo
susurrándome con tu boca
tiernas palabras de ensueño.
Lo que tantas veces anhelé
al fin tendré junto a mí:
el más precioso y dulce ser
que en Perú pueda existir.
Al natural contemplaré tu perfecta desnudez,
esa que no me dejaste ver
en nuestros ratos de placer,
y ahora sí, nos podamos tener.
Con tu hechizante mirada
recorrerás toda mi anatomía.
de arriba abajo, embelesada,
verás a Oreilla que por ti moría.
Mis dedos surcarán tu cabello,
negro, sedoso, sensual cepillado,
sintiendo la suavidad de tu pelo
en cada pasada de mi mano.
Me acariciarás mi rostro, iluminado
por recibir en sus mejillas
cada roce tan encadenado
de tus yemas encendidas.
Se fundirán nuestros labios
en una eterna unión,
ardientes, húmedos, carnosos,
con una inquebrantable devoción.
Mi boca buscará tus senos,
de excitante redondez,
mientras libero un “te quiero”
que te hará estremecer.
Con tus brazos rodearás mi cuello
permitiéndome fácilmente hacer
que tus oscuros pezones
se endurezcan de placer.
Tus manos navegarán por mi espalda
trazando círculos sin cesar
y yo, buscando tu mirada,
que me dé permiso para entrar.
En medio de un latido intenso
de mi enamorado corazón,
penetraré tu jugoso sexo
con placentera sensación.
Suave, despacio, lento,
sentirás en tu interior
los movimientos de mi miembro
en un controlado fragor.
Y tras gozar largamente,
acaramelados tú y yo,
en nuestro cuerpo, en nuestra mente,
se producirá la explosión.
Sentirás cómo mi néctar
fluye por todos tus recovecos.
Te notaré en seguida vibrar
y te regalaré todos mis besos.
Para ti, ADI, mi niña, mi vida, mi amor.
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