Alabado sea
Jesucristo…
Un hijo es un ser que Dios nos prestó para hacer un curso
intensivo de cómo amar a alguien más que a nosotros mismos, de cómo cambiar nuestros
peores defectos para darle los mejores ejemplos y, de nosotros, aprender a
tener coraje. Sí. ¡Eso es! Ser madre o padre es el mayor acto de coraje que
alguien pueda tener, porque es exponerse a todo tipo de dolor, principalmente
de la incertidumbre de estar actuando correctamente y del miedo a perder algo
tan amado. ¿Perderlo? ¿Cómo? No es nuestro. Fue apenas un préstamo… El más
preciado y maravilloso préstamo, ya que son nuestros sólo mientras no pueden
valerse por sí mismos, luego le pertenece a la vida, al destino y a sus propias
familias. Dios bendiga siempre a nuestros hijos pues a nosotros ya nos bendijo con ellos.
José Saramago
¡Buenos días!
Obras del Señor
Abrahán Lincoln
dijo: “Todavía concibo que se pueda ser ateo mirando la tierra; pero no acabo
de entender que se puedan alzar, de noche, los ojos al cielo y decir que no
existe Dios”. La naturaleza manifiesta la bondad, sabiduría y poder de Dios:
tanto los astros del cielo como la belleza de un rosal hablan al hombre de un
Dios maravilloso creador de cuanto existe.
V. ¡Cuántas son
tus obras, Señor!
R. ¡Cuántas son
tus obras, Señor!
V. Y todas las
hiciste con sabiduría.
R. ¡Tus obras,
Señor!
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. ¡Cuántas son
tus obras, Señor!
La naturaleza
tiene una fuerza extraordinaria. Es una gran maestra de oración. Cuando estés
en medio de la naturaleza admira la belleza de una flor, observa los colores de
una piedra, quédate apreciando la forma de un árbol o los movimientos de un
insecto. Hay salmos que prestarán palabras a tus sentimientos (104 y 8). Volverás renovado y más sereno.
Enviado por el P. Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para adorarte
y servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a tí sólo busco, a
tí sólo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es conocerte y amarte.
(Sol 1,1). La mies es mucha y pocos son los obreros para recogerla. El
Señor dijo: Vengan a mí los que están cansados y agobiados, que yo
los consolaré (Mt 11.28). Es la palabra de Dios. Alabado sea
Jesuscristo. Amén. Yo dibulgo cada día Pequeñas Semillitas, con el
vehemente deseo de que se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de
Jesús y suplico a todos los creyentes y no creyentes , que pidan al
Señor Jesuscristo en oración, que no haya más guerras ni hambre en el
mundo, ni atentados terroristas, ni políticos de guante blanco y reine
la Paz, así cómo el amor, en todos los rincones del Orbe. Así sea.
Detente, el Sagrado Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro López