Lágrimas vertidas,
heridas abiertas.
Los versos vivos
desandan soledades.
Atreverse a revivirlos,
lágrimas de cristal
infinitas.
El sabor de unos labios,
que esperan.
No hay regreso.
Por escuchar un te quiero,
se agolpa la sangre
que con pasión evoca.
No hay regreso.
J.C.J.