La ropa desaparece
y quedas vulnerable ante mi,
ante mi deseo extasiado
por dominar tus caderas enardecidas;
de tus glúteos apoderarme con mis manos
y guiarte al infinito de mi ser;
toma con tu boca mi piel,
tierna flor de primavera,
que quiero vencer al tiempo,
a la disputa del amor y lo correcto,
que sólo hay una vida
y la mía se pierde en tu cuerpo.