No podemos pensar que el sol o la lluvia,
el calor o el frío, hagan nuestro día genial o aburrido.
Todos los días son buenos para que dejes nacer en ti el entusiasmo
y la esperanza.
Todos los días son maravillosos
para quienes encuentran una oportunidad
para dejar el egoísmo.
Todos los días son radiantes
y alegres para construir un mundo más justo y armónico.
Cada día, tu entusiasmo puede hacer la diferencia
no sólo para ti mismo,
sino para quienes tienen la fortuna de cruzarte en tu camino.
BUEN DOMINGO