Alabado sea
Jesucristo…
Los profetas bíblicos hablaban con frecuencia de “volver
a Dios” convencidos de que el mal nos aparta de Él.
En realidad no hay nada que te pueda apartar de Dios
porque eres un rayo de su luz infinita.
Lo que sí haces con el mal es empañar un espejo y
aislarte de la poderosa corriente de energía celestial.
Dios siempre está contigo, y ojalá lo creas porque “el
amor es la consciencia de Dios en ti”.
En un hermoso templo puedes sentir a Dios, pero el Padre
siempre mora en el recinto de tu alma.
Por eso, aquellos que así lo sienten ven a todos como
hermanos, como templos del Dios vivo.
Nadie es malo en su esencia aunque realice acciones
oscuras; es un hijo de Dios, y un día verá la luz.
Tu misión no es juzgarlo sino amarlo y verte en él, ya
que sólo existe la unidad: Yo soy tú, y tú eres Yo. G. Gallo
¡Buenos días!
Descifrar señales
La Biblia es el
libro que nos enseña a descubrir a Dios, a percibir su paso entre nosotros, a
descifrar las delicadas señales de su presencia. En especial los salmos nos
comunican la experiencia de hombres que percibieron a Dios en la naturaleza, en
su propia vida y en la historia de Israel. Son himnos maravillosos que ayudan a
vivenciar la cercanía del Señor.
Paseaba un hombre por el campo cuando, de
pronto, susurró: “Dios mío, dime algo”. Y un árbol cantó, pero el hombre tenía
cerrados sus oídos. Entonces dijo en voz alta: “¡Señor, háblame!”. Y el viento
silbó a su alrededor, pero el caminante no cayó en la cuenta. Miró alrededor y
dijo con fuerte voz: “¡Dios, déjame que te vea!”. Y en ese momento brilló como
nunca una estrella en el cielo, pero el hombre no levantó la vista. Luego, el
caminante, ya desesperado, pidió a voces: “¡Tócame, Dios! ¡Hazme saber que
estás aquí!” Y Dios bajó y lo tocó. Pero el hombre espantó distraídamente la
mariposa que revoloteaba a su alrededor y, frustrado, continuó su camino…
“Tus acciones,
Señor, son mi alegría, y mi júbilo las obras de tus manos. ¡Qué magníficas son
tus obras, Señor, qué profundos tus designios!” (92). “¡Grande eres tú, Señor,
y haces maravillas, tú eres el único Dios! (86). “Recuerdo las proezas del
Señor; sí, recuerdo tus antiguos portentos, medito todas tus obras y considero
tus hazañas” (77). Gracias, Señor.
Enviado por el P. Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para
adorarte y servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a tí
sólo busco, a tí sólo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es
conocerte y amarte. (Sol 1,1). La mies es mucha y pocos son los
obreros para recogerla. El Señor dijo: Vengan a mí los que están
cansados y agobiados, que yo los consolaré (Mt 11.28). Es la
palabra de Dios. Alabado sea Jesuscristo. Amén. Yo dibulgo cada día
Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de que se propague la
Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y suplico a todos los creyentes y
no creyentes , que pidan al Señor Jesuscristo en oración, que no
haya más guerras ni hambre en el mundo, ni atentados terroristas,
ni políticos de guante blanco y reine la Paz, así cómo el amor, en
todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado Corazón
de Jesús, está conmigo. Casimiro López