Dime donde te guardaste
Que no se mojó tu pelo.
Torbellinos de reflejos,
Sin pausa se atropellaron
En la quietud de mi lecho.
Y se anegaron mis ojos
De rocío mañanero
Entre silencios desiertos.
Y el aguacero en secreto
Desganaba mis deseos
Sin que se mojara tu pelo.
Las voces se hicieron ecos,
Y las esperanzas recuerdos
De despiadados aceros.
Y el palpitar de la lluvia
Se desvaneció entre sueños
De remotos mensajeros.
El día del aguacero
Miles de estrellas murieron
Y no se mojó tu pelo.