Alabado sea
Jesucristo…
Piensa en las cosas que te hacen feliz, no en lo que te
entristece. Medita en la bondad del alma humana, no en los vicios que la
envilecen.
Considera las cosas buenas de que gozas; no repares en
las privaciones. Admira las virtudes de tus amigos; hazte el ciego a sus
limitaciones.
Ten en cuenta lo que rinden tus negocios en lugar de
lamentarte de tus pérdidas. Considera lo bueno que se habla de ti; desoye
agravios e impertinencias.
Da gracias por los días de salud y ventura en vez de
amargarte por los reveses. Alégrate de la vida y la luz del sol; no te quejes
cada vez que llueve.
Llena de esperanza tus pensamientos; desecha la duda en
torno al futuro. Mira cuántos tesoros has encontrado; olvida los que quedaron
ocultos.
Preocúpate por el servicio que prestas, y no por lo que
mejor te acomoda. Piensa en la felicidad ajena… ¡Así será como hallarás la
propia!
"Por lo demás,
hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo
amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de
alabanza, en esto pensad" Filipenses 4:8
¡Buenos días!
A partir de hoy…
Las grandes
realizaciones han comenzado por algo simple, accesible, fácil. Para acercarte a
la cumbre de una alta montaña, das el primer paso para lograr tu objetivo, y
luego con paciencia y gran esperanza sumas pasos en la misma dirección. Como
ves, se trata de hacer realidad un bello ideal comenzando de lo concreto e
inmediato.
La única manera de salir adelante en la vida
es no culpar a los demás de lo que te sucede. Tú eres el arquitecto de tu vida.
Y si la vida no te ha sido muy favorable hasta ahora, el futuro puede cambiar y
depende especialmente de ti. Si has tenido muchos fracasos, estás en una
excelente posición para comenzar una nueva vida, pues eres experto en conocer
cómo no deben hacerse las cosas. A partir de hoy tu vida puede tomar uno de dos
rumbos. El éxito o el fracaso. La forma de tomar el sendero del triunfo es...
¡dejar de culpar a los demás! Asumir tu propia responsabilidad y virar hacia
una actitud mental constructiva y llena de esperanza. (S. Valdivia).
Resultado de un
cambio positivo es la maduración personal. Serás maduro cuando tengas la
habilidad de controlar la ira y resolver las discrepancias sin violencia. Signo
de madurez es también la voluntad de posponer el placer inmediato por un
beneficio a largo plazo. Acepta el desafío de cambiar un poco cada día y crecer
en valores, sin pausa y sin prisa.
Enviado por el P. Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para
adorarte y servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a tí
sólo busco, a tí sólo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es
conocerte y amarte. (Sol 1,1). La mies es mucha y pocos son los
obreros para recogerla. El Señor dijo: Vengan a mí los que están
cansados y agobiados, que yo los consolaré (Mt 11.28). Es la
palabra de Dios. Alabado sea Jesuscristo. Amén. Yo dibulgo cada día
Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de que se propague la
Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y suplico a todos los creyentes y
no creyentes , que pidan al Señor Jesuscristo en oración, que no
haya más guerras ni hambre en el mundo, ni atentados terroristas,
ni políticos de guante blanco y reine la Paz, así cómo el amor, en
todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado Corazón
de Jesús, está conmigo. Casimiro López