Tu cuello elevándose en el aire con tus manos acariciando tus cabellos mientras te sostengo de tu espalda y con mi lengua cosquillear tus pezones a punto de florecer con tu ombligo danzante al ritmo de las mariposas que habitan tu corazón y la humedad que inunda nuestra sexualidad con tu palpitante botón que habita en profundidad que a mi endurecido sentir lo quiere tragar con tus movimientos encima de mi furor que te penetra con desesperación para renacer en el quejido alojado en el morder de labios y luego estallar, estallar, estallar en espasmos regando tu interior con el bálsamo que brota de mi sensibilidad en el unisono del estallido que indica que ya no pudimos soportar más, ahhhhhh . . . y la felicidad de mi cuerpo contigo compartir y el tuyo devorar para caer en el vuelo de nuestros sentidos y veneración.