El delirio

Tu amor yo rogué a la diosa fortuna,
compartir mis sueños en tu almohada
despertando junto a ti en la alborada,
sin más deseo por mujer alguna.

Aquella noche, la mágica luna
argentó el reflejo de tu mirada,
mostró tu bella faz enamorada,
serena y hermosa como ninguna.

¡En tálamo dorado hallé el delirio!
de tus dulces labios, besos de amor
fundieron las brasas de mi pecado.

Y fuiste para siempre cruel martirio
al sentir de tu cuerpo su calor,
quemando un corazón enamorado.
J.C.J.

