Alabado sea
Jesucristo…
En este día la Iglesia celebra la fiesta de la Exaltación
de la Santa Cruz.
Con la cruz nos demostró Jesús el mayor amor hacia la humanidad.
En el evangelio se dice esa frase, que parece ser ya como una explosión del
evangelista inspirado por Dios: “Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su
Hijo”. Y lo hizo para que nosotros pudiéramos salvarnos. La cruz no es el
final. Dios no puede querer el sufrimiento por el sufrimiento. Dios quiere
nuestra felicidad. Pero existe la cruz, porque existe el pecado. Si la cruz es
terrible es porque el pecado es terrible. Sólo por la cruz se puede comprender
lo horrendo y malo que es el pecado, para que nos apartemos de él.
En esta vida todos tenemos cruces; pero llevadas junto a
Cristo y con Él cambia de color. Hay cruces, porque esta vida es imperfecta y
nosotros la hacemos peor. Jesús nos dijo que tomemos nuestra cruz y le sigamos.
Toda la alegría y la gran esperanza de la vida eterna consisten en seguir a
Jesús. Para ello debemos tener la virtud del desprendimiento hasta llegar a
anonadarnos. Para ello hay que vencer el egoísmo, lo cual es muy difícil,
imposible con nuestras fuerzas, pero posible con la gracia de Dios.
¡Buenos días!
El pequeño clavo
Si la nota
dijese: “Una nota no hace melodía...”, no habría sinfonía. Si la palabra
dijese: “Una palabra no puede hacer una página...”, no habría libro. Si la
piedra dijese: “Una piedra no puede levantar una pared...”, no habría
casa. Si el hombre dijese: “Un gesto de
amor no puede salvar a la humanidad...”, nunca habría paz, ni dignidad, ni
felicidad en la tierra.
De todas partes acudía gente para admirar una
nueva iglesia. Era bellísima. En las maderas del tejado, había un pequeño clavo
que oía cómo alababan la encantadora estructura del templo. Pero nadie veía ni
pensaba en el clavo. Y éste se sintió irritado y lleno de envidia. ¡Si soy tan
insignificante, nadie me echará de menos! Entonces el clavo dejó de presionar
la madera y se deslizó hasta el suelo. Aquella noche llovió mucho. Donde
faltaba el clavo, el tejado cedió y se separó de las tejas. El agua corrió por
las paredes y arruinó los murales. El yeso se cayó, la alfombra se manchó y el
Misal quedó estropeado. Todo esto porque un pequeño clavo desistió de su
trabajo. Ahora en el barro yace oxidado e inútil.
Tu vida, como la
de todos, transcurre entre sencillas tareas. Puedes caer en el grave error de
juzgarlas sin importancia y hacerlas sin implicarte con entusiasmo poniendo lo
mejor de ti mismo. No olvides que “no hay virtud más eminente que la de hacer
sencillamente lo que tenemos que hacer”. Que descubras y vivas la felicidad y
paz del deber cumplido.
Enviado por el P. Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para
adorarte y servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a tí
sólo busco, a tí sólo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es
conocerte y amarte. (Sol 1,1). La mies es mucha y pocos son los
obreros para recogerla. El Señor dijo: Vengan a mí los que están
cansados y agobiados, que yo los consolaré (Mt 11.28). Es la
palabra de Dios. Alabado sea Jesuscristo. Amén. Yo dibulgo cada día
Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de que se propague la
Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y suplico a todos los
creyentes y no creyentes , que pidan al Señor Jesuscristo en
oración, que no haya más guerras ni hambre en el mundo, ni atentados
terroristas, ni políticos de guante blanco y reine la Paz, así
cómo el amor, en todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el
Sagrado Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro López