Este amor que tú y yo hemos hallado
después de encuentros tan sentidos
en el espacio, y soñadas estelas transitadas
en pos de la esperanza perseguida;
una luz muy blanca nos unía
y nos ataba con lazos de alegría,
algunas almas al observarnos musitaban:
Qué aura tan pura envuelve a estos dos seres,
que caminan en sueño indefinido,
por dunas de amor en la galaxia de la vida.
Esta historia no es un sueño,
son dos estrellas errantes que corrían,
encontrando en su camino,
la luz argenta que los guía,
por senderos, veredas y otras vías
anhelando llegar a su destino
para fijar su estancia en el edén,
paraiso de sueños y armonías.
Alguíen habló de nosotros...
que éramos decían de otro mundo
y en la frente nos brillaba
una luz desconocida.
Hubo un júbilo tan extraño
que cada hogar abriera sus ventanas
a la historia fantástica y veraz
de nuestro amor con luces y algarada.
Somos dos estrellas fugaces
que recorren la Via Láctea
para llegar al centro de la misma
donde finnalizará su cometido
amaneciendo en otros mundos
donde no haya odios, rencores ni porfías.
Allí construiremos nuestro nido
y no abrá nadie ya que nos impida
vivir este amor que es concebido
en aras de una gracia recibida
Autoría:
Casimiro López Cano