Alabado sea
Jesucristo…
Estamos a pocos días de la celebración del Padre Pío de
Pietrelcina (23 de setiembre) y sentimos ya resonar en el corazón algunas de
las muchas cosas que él nos dejó como legado. El Santo de los Estigmas, que
además leía las almas, escribió miles de reflexiones para orientar en el
seguimiento a Cristo, y además, toda su vida fue un ejemplo para conocer e
imitar.
Por ese motivo, desde esta página queremos en los días
sucesivos poner énfasis sobre las enseñanzas que ha dejado el Padre Pío en su
paso por la Tierra, que nos instan a meditar la importancia de servir a Dios. Por
medio de la oración mental o meditación, el Padre Pío nos invita a seguir a Dios
y ser cada día más cristianos de fe y de servicio a los demás.
¡Buenos días!
Fácil y difícil
Si lo consideras
bien, tu vida está llena de desafíos. Con frecuencia las circunstancias te
provocan a dar pasos adelante, a no quedarte sino a subir y progresar. Con esta
visión descubrirás que, incluso las peores tormentas de la vida, te invitan a
cambiar y mejorar. Lee lo que sigue y decídete a afrontar aun lo que se te
presenta difícil.
Fácil es decir que amamos. Difícil es
demostrarlo todos los días. Fácil es llorar por el amor perdido. Difícil es
cuidarlo para no perderlo. Fácil es herir a quien nos ama. Difícil es curar esa
herida. Fácil es criticar a los demás. Difícil es mejorar uno mismo. Fácil es
pensar en mejorar. Difícil es poner en acción lo pensado. Fácil es cometer
errores. Difícil es aprender de ellos. Fácil es orar todas las noches. Difícil
es encontrar a Dios cada día en las cosas pequeñas.
Aprender de los
errores, encontrar a Dios en las cosas pequeñas, luchar por un sueño, son otros
tantos desafíos a superar la mediocridad y el estancamiento. Que no dramatices
las dificultades, porque normalmente son fantasmas de la imaginación que
racionaliza nuestras cobardías para no salir de la fácil rutina. ¡Ánimo, sé
valiente y confía en el Señor!
Enviado por el P. Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para
adorarte y servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a tí
sólo busco, a tí sólo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es
conocerte y amarte. (Sol 1,1). La mies es mucha y pocos son los
obreros para recogerla. El Señor dijo: Vengan a mí los que están
cansados y agobiados, que yo los consolaré (Mt 11.28). Es la
palabra de Dios. Alabado sea Jesuscristo. Amén. Yo dibulgo cada día
Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de que se propague la
Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y suplico a todos los creyentes y
no creyentes , que pidan al Señor Jesuscristo en oración, que no
haya más guerras ni hambre en el mundo, ni atentados terroristas,
ni políticos de guante blanco y reine la Paz, así cómo el amor, en
todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado Corazón
de Jesús, está conmigo. Casimiro López