El religioso Manuel García Viejo, infectado por el virus del ébola, ha fallecido hoy en el Hospital Carlos III de Madrid, donde se encontraba ingresado desde la madrugada del lunes, según informa la agencia EFE citando fuentes hospitalarias.
Manuel García Viejo, de 69 años, es el segundo español que fallece por ébola después de la muerte el pasado 12 de agosto del hermano Miguel Pajares, quien pertenecía a la misma orden y que se infectó en Liberia.
Era el director médico en un hospital de la orden de San Juan de Dios en la ciudad de Lunsar (Sierra Leona) y dio positivo en un test de detección del virus la pasada semana.
Alternativas al suero
Desde su repatriación, el equipo médico del Carlos III ha estado buscando alternativas alsuero experimental Zmapp, cuyas existencias están agotadas y con el que fue tratado Miguel Pajares.
El hermano García Viejo llegó a Madrid en estado "grave", con un importante cuadro de deshidratación y una afectación hepatorrenal marcada.
"Contrarreloj"
Durante los casi cuatro días que ha permanecido ingresado, el equipo médico ha trabajado "al minuto y a contrarreloj" en la búsqueda de alternativas con las que tratar al paciente, pero siempre con "cautela", ya que "todos los tratamientos son experimentales y se encuentran en fases iniciales de ensayo", según ha dicho el doctor Fernando de la Calle, del servicio de medicina interna del Carlos III y miembro del equipo que ha asistido a los dos religiosos.
Por expreso deseo del paciente no se han facilitado partes médicos y ha sido la ONGJuan Ciudad de la orden de San Juan de Dios la encargada de informar sobre su estado de salud.
Todo el país ha vivido con interés la evolución del religioso y, muy especialmente, los vecinos de Folgoso de la Ribera (León), su localidad natal.
Con García Viejo se ha seguido el mismo protocolo que se adoptó con Miguel Pajares, aunque en el primer caso se pusieron en marcha medidas de precaución extrema, como evacuar todo el hospital Carlos III.
En esta ocasión y con la experiencia del caso de Pajares, no se consideró necesaria la evacuación, sino que el acceso a la sexta planta, donde estaba ingresado, se restringió a personal autorizado.