Alabado sea
Jesucristo…
Jesús trata de acercar el reino de Dios a cada aldea,
cada familia, cada persona. Por medio de relatos cautivadores (parábolas) va
removiendo obstáculos y eliminando resistencia para que estas gentes se abran a
la experiencia de un Dios que está llegando a sus vidas.
Sus relatos son una llamada a entender y experimentar la
vida de manera completamente diferente. La de Jesús.
Cada parábola es una invitación apremiante a pasar de un
mundo viejo, convencional y sin apenas horizonte a un “país nuevo”, lleno de
vida, que Jesús está ya experimentando y que él llama “reino de Dios”.
Para nosotros, los cristianos, el seguimiento de Jesús se
materializa en la práctica. Las teorías y las palabras, por muy bonitas y
conmovedoras que sean, no dejan de ser palabras. Lo interesante son los hechos. Los auténticos
creyentes, hoy y siempre, son quienes hacen vida el Evangelio de Jesús.
¡Buenos días!
El lobo harto y la oveja
Qué valentía
supone buscar con pasión la verdad, sin transigir con las excusas que nos
vuelven esclavos de nuestras mentiras. Sólo la verdad nos hará libres, dijo
Jesús. Libres y auténticos, al reconocer con sensatez nuestras “fortalezas” y
“debilidades”. No es fácil porque vivimos en un entorno de convencionalismos y
máscaras.
Un lobo hartado de comer vio a una oveja
tendida en el suelo. Dándose cuenta que se había desplomado simplemente de terror,
se le acercó, y tranquilizándola le prometió dejarla ir si le decía tres
verdades. Le dijo entonces la oveja que la primera es que preferiría no haberlo
encontrado; la segunda, que como ya lo encontró, hubiera querido encontrarlo
ciego; y por tercera verdad le dijo: -¡Ojalá, todos los lobos malvados,
murieran de mala muerte, ya que, sin haber recibido mal alguno de nosotras, nos
hacen una guerra cruel! Reconoció el lobo la realidad de aquellas verdades y
dejó marchar a la oveja.
Vivir con
sinceridad es decidirte a hablar con la verdad en la mano aunque a veces te
cueste; a no valerte de una mentira para salir de una dificultad o librarte de
una responsabilidad; a no mentir para que los demás piensen algo bueno de ti; a
reconocer con honestidad cuando te has equivocado sin tratar de justificarte.
He aquí un camino exigente de grandeza moral.
Enviado por el P. Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para
adorarte y servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a tí
sólo busco, a tí sólo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es
conocerte y amarte. (Sol 1,1). La mies es mucha y pocos son los
obreros para recogerla. El Señor dijo: Vengan a mí los que están
cansados y agobiados, que yo los consolaré (Mt 11.28). Es la
palabra de Dios. Alabado sea Jesuscristo. Amén. Yo dibulgo cada día
Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de que se propague la
Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y suplico a todos los creyentes y
no creyentes , que pidan al Señor Jesuscristo en oración, que no
haya más guerras ni hambre en el mundo, ni atentados terroristas,
ni políticos de guante blanco y reine la Paz, así cómo el amor, en
todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado Corazón
de Jesús, está conmigo. Casimiro López