Alabado sea
Jesucristo…
En la Biblia y en la historia de los santos encontramos
cómo Dios llama al hombre, de maneras muy diversas y desde distintas
situaciones, a colaborar con él en un proyecto de salvación. A veces hay una
sola llamada. Otras veces estas invitaciones se van especificando como en
etapas que disponen a la persona a una fidelidad mayor. Aquí tienes unos
ejemplos.
María Magdalena era una pecadora, antes de entregarse
plenamente al amor de Dios. Agustín de Tagaste vivía atrapado por sus amoríos,
antes de dedicarse al servicio del Señor. Camilo de Lelis era un jugador
empedernido, antes de servir a Cristo en los enfermos.
Tomás Beckett no era un modelo de virtudes cuando el rey
Enrique II lo nombró Arzobispo de Cantórbery en el año 1162, pensando que, con
el nombramiento de este viejo amigo suyo, podría manejarlo a su antojo y, con
él, a toda la Iglesia. Es entonces cuando Tomás descubre su llamado a defender
el honor de Dios y aceptó ese querer divino hasta morir mártir por orden del
nefasto rey.
Todos podemos ser llamados a servir a Dios sin importar
“nuestros antecedentes”. Bien dicen que el Señor no elige a los capaces sino
que capacita a los elegidos….
¡Buenos días!
Madurando…
Madurar es
responsabilizarse de los propios actos. Es no disfrazar un sí o un no. Es saber
decir sí cuando tengo deseos de hacerlo y decir no cuando mis ganas quieren
decir no. Ser maduro es hacer lo más adecuado. Es poner límites porque el
límite también es amor. Ser maduro no es sólo crecer en edad, sino sobre todo
en experiencia y sabiduría.
De la vehemencia y el entusiasmo deben surgir
la paz y la serenidad. Del optimismo, la esperanza. De la risa fácil y de la
alegría ruidosa, el apacible y agudo sentido del humor. De la capacidad de
asimilación ha de nacer la riqueza interior. El ímpetu y el vigor deben
producir la paciencia y la dulzura. La búsqueda inquieta de la felicidad ha de
concluir en el aprecio y la armonía con todo lo que nos rodea. De la fe en los
demás hemos de llegar a la indulgencia y la comprensión de todos. De la alegría
de vivir hay que sacar el gozo de haber vivido. De la necesidad de amar y ser
amado tiene que surgir la derrota de todos los egoísmos y un amor, al fin,
plenamente desprendido. -José Martín
Descalzo-.
Un signo de
madurez es aceptar la realidad y poseer
suficiente solidez y equilibrio para vivirla. La persona madura es objetiva:
sabe valorarse a sí mismo sin dejar de valorar a los demás. Es capaz de tomar
una decisión y sostenerla. Madurez es el arte de vivir en paz con lo que no se
puede cambiar. Ejercítate en la sabiduría de “poner los pies sobre la tierra”.
Enviado por el P. Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para
adorarte y servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a tí
sólo busco, a tí sólo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es
conocerte y amarte. (Sol 1,1). La mies es mucha y pocos son los
obreros para recogerla. El Señor dijo: Vengan a mí los que están
cansados y agobiados, que yo los consolaré (Mt 11.28). Es la
palabra de Dios. Alabado sea Jesuscristo. Amén. Yo dibulgo cada día
Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de que se propague la
Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y suplico a todos los creyentes y
no creyentes , que pidan al Señor Jesuscristo en oración, que no
haya más guerras ni hambre en el mundo, ni atentados terroristas,
ni políticos de guante blanco y reine la Paz, así cómo el amor, en
todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado Corazón
de Jesús, está conmigo. Casimiro López