prende la mía, tu mirada oscura;
es reflejo de un alma con ternura,
luz pura que disipa mis hastíos.
Provoca, ella, en mi mente desvaríos,
me lleva tu sonrisa a la locura;
ilumina tu cara con dulzura
y despierta mis sentimientos fríos.
Floreció en mi pecho una flor con dueño:
si por la tarde es una blanca rosa
y en la noche estrellada es dulce sueño...
Al alba, de rojo se torna hermosa.
Late mi corazón por ti risueño,
niña morena, tú mi bella rosa.