Soñé que tenía un castillo, hecho con rocas de nácar.
Soñé que era un castillo en el aire y que se me derrumbaba.
Soñé que en él morabas tú beldad, con tus mañas.
Soñé que estaba dormido, en tu regazo serrana.
Soñé que estaba en el paraiso y tú no me despertabas.
Si bien yo quería abrazarte, si tú así lo deseabas.
Porque soñar es pensar, en ilusiones doradas.
Porque no se cumplen nunca, es que son sueños de hadas.
Como el castillo fué hecho de sueños e ilusiones vanas.
Se convirtió en espejismo en los desiertos al alba.
Si este sueño se cumpliera, como yo deseo en el alma.
El castillo sería firme, como la roca rosada, llamada roca de
Ayer, en el desierto de Australia.