Alabado sea
Jesucristo…
La felicidad no depende de lo que pasa a nuestro
alrededor… sino de lo que pasa dentro de nosotros.
La felicidad se mide por el espíritu con el cual nos
enfrentamos a los problemas de la vida.
La felicidad… ¡es un asunto de valentía!; es tan fácil
sentirse deprimido y desesperado…
La felicidad… ¡es un estado de ánimo!; no somos felices
en tanto no decidamos serlo.
La felicidad… ¡no consiste en hacer siempre lo que
queramos!; pero sí en querer todo lo que hagamos.
La felicidad nace de poner nuestro corazón en el trabajo…
y de hacerlo con alegría y entusiasmo.
La felicidad, no tiene recetas… cada quien la cocina con
el sazón de su propia meditación.
La felicidad… ¡no es una posada en el camino… sino una
forma de caminar por la vida!
Eliezer Caro Martínez
¡Buenos días!
El astrónomo
Es hermoso que
alimentes en el corazón grandes ideales para movilizar tus ocultas energías.
Pero, al mismo tiempo trata de ser realista cuidando los pequeños esfuerzos que
te conducirán al logro de tus sueños. Te ofrezco una fábula que puede ayudarte
a armonizar tus sueños y aspiraciones, con la a veces dura realidad de cada
día.
Tenía un astrónomo la costumbre de pasear
todas las noches estudiando los astros. Un día que vagaba por las afueras de la
ciudad, absorto en la contemplación del cielo, sin darse cuenta cayó en un
pozo. Estaba lamentándose y dando voces, cuando acertó a pasar un hombre que,
oyendo sus lamentos, se le acercó para saber el motivo; enterado de lo
sucedido, dijo: —Amigo mío, quieres ver lo que hay en el cielo y no ves lo que
hay en la tierra… Esopo.
Existen dos
clases de personas: las que pasan la vida soñando, y las que dan vida a sus
sueños. “Nada cura mejor las heridas que un bello sueño: ¿quién no arriesga la
vida por un bello sueño? ¿Qué sería de mí de ti sin un bello sueño? Pero no
olvides que hay una gran distancia entre tus sueños y la realidad”. También
ayuda darse un porrazo, si te has embriagado con sueños…
Enviado por el P. Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para adorarte
y servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a tí sólo busco, a
tí sólo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es conocerte y amarte.
(Sol 1,1). La mies es mucha y pocos son los obreros para recogerla. El
Señor dijo: Vengan a mí los que están cansados y agobiados, que yo
los consolaré (Mt 11.28). Es la palabra de Dios. Alabado sea
Jesuscristo. Amén. Yo dibulgo cada día Pequeñas Semillitas, con el
vehemente deseo de que se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de
Jesús y suplico a todos los creyentes y no creyentes , que pidan al
Señor Jesuscristo en oración, que no haya más guerras ni hambre en el
mundo, ni atentados terroristas, ni políticos de guante blanco y reine
la Paz, así cómo el amor, en todos los rincones del Orbe. Así sea.
Detente, el Sagrado Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro López