Psicosis
Quisiera arañarlo hasta verlo sangrar
pasearme por sus poros ensangrentados
bebiendo la rojez de sus venas abiertas,
cicatrizando con mis labios la herida
que provocaron mis manos.
Quisiera atarlo, subyugarlo a mis instintos
aleonar la quietud de su gozo
en la lujuria psicótica de los placeres
imaginados por mi memoria.
Le arrancaría con los dientes cada misterio
apuñalaría las raíces de su pasión,
hasta hacerlo gritar, clamar piedad
y un resto de perdón.
Quisiera verlo crucificado en el Gólgota
de esta lujuria excomulgada y sin vida eterna
succionar cada trozo de su cuerpo
hasta que anhele la muerte de su violado cuerpo.
Estoy atando sus manos a la marquesa
no sabe que el nudo es ciego y será sometido
a un psicótico deseo.
Silvia Rodríguez Bravo