El vino tinto del bueno
me recuerda algunas tardes
sentados en las terrazas de Madrid
donde las palomas
revoloteában en vuelo
y tus manos ansiosas
disimuladamente se resbalában
entre mis piernas
provocándome el deseo,
inolvidables momentos,
inolvidables recuerdos,
luego tus besos ardientes
con sabor a vino tinto del bueno
se me han quedado grabados
y, aún los siento
cuando sentada en una terraza
veo las palomas revolotear en vuelo.