Alabado sea
Jesucristo…
Meditando todavía el Evangelio de ayer domingo, pensemos
que nuestro Dios es un Dios de vida, y no puede permitir que sus criaturas
tengan como destino final la muerte ni la infelicidad. No basta con ser
llamados –bautizados-, hay que querer ser elegidos, haciendo vida el mensaje de
Jesús con alegría, sin ningún temor, porque, aunque es exigente, como la
libertad, la amistad, el amor... es llamada que conduce a la Fiesta, a la
Plenitud y a la Vida.
Dice José Enrique Ruiz de Galarreta: La Palabra de Dios
invita al conocimiento y a la amistad con Él, a la intimidad del banquete. En
definitiva, invita a “entrar en el Reino”, es decir, creer sólo en “Abbá”,
comportarse como hijo, pensar en “nosotros” más que en “yo”. La invitación es
al Evangelio, a vivir en el Reino, no en las tinieblas, no en el juicio, no en
el temor, no en el Sinaí, sino en el Monte de las Bienaventuranzas.
Todos estamos invitados “al banquete”. Pero es necesario
que, en primer lugar, aceptemos el convite; y en segundo lugar, que luzcamos
(nuestras almas) con los ropajes adecuados (buenas obras, buena vida de
cristianos) para entrar a la fiesta (el Reino de Dios) a la que estamos convocados.
¡Buenos días!
Acepta la realidad
Un signo de
madurez es aceptar la realidad y poseer suficiente solidez y equilibrio para
vivirla. La persona madura es objetiva: sabe valorarse a sí mismo sin dejar de
valorar a los demás. Es capaz de tomar una decisión y sostenerla. Madurez es el
arte de vivir en paz con lo que no se puede cambiar. Ejercítate en esta
sabiduría.
El error fundamental del hombre consiste en
vivir entre sueños y ficciones. En cambio, el capítulo primero de la sabiduría
consiste en mirar todo con los ojos abiertos, permanecer sereno y sin pestañear
ante las asperezas de la realidad, aceptándola como es. La vida del hombre
sabio deberá ser un constante pasar de las ilusiones a la realidad, de la
fantasía a la objetividad. Necesitamos declarar la guerra a los ensueños,
desplumar las ilusiones y avanzar hacia la serenidad. (Larrañaga).
Michel Quoist en
“Triunfo” afirma: «Hay quienes “no tienen los pies sobre la tierra”,
sencillamente vuelan. Vuelas, cuando consideras tus sueños como realidad;
cuando pasas el tiempo concibiendo planes que jamás realizas; cuando no te
adaptas a las personas y a las cosas. Soñar tu vida no es vivirla». Acepta tus
límites y cultiva tus fortalezas.
Enviado por el P. Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para adorarte y
servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a tí sólo busco, a tí
sólo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es conocerte y amarte. (Sol
1,1). La mies es mucha y pocos son los obreros para recogerla. El Señor
dijo: Vengan a mí los que están cansados y agobiados, que yo los
consolaré (Mt 11.28). Es la palabra de Dios. Alabado sea Jesuscristo.
Amén. Yo dibulgo cada día Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de
que se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y suplico a todos
los creyentes y no creyentes , que pidan al Señor Jesuscristo en
oración, que no haya más guerras ni hambre en el mundo, ni atentados
terroristas, ni políticos de guante blanco y reine la Paz, así cómo el
amor, en todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado
Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro López