Alabado sea
Jesucristo…
Decía San Francisco de Sales, que se atrapan más
moscas con una gota de miel que con un barril de vinagre, dando a entender con
ello que las almas se sienten más tocadas por alguien que va a ellas con
dulzura, que no por quien va a ellas amenazadoramente o con dureza. Tenemos que
aprender a cultivar la dulzura, y para ello tenemos que empezar por casa, por
nuestra familia y parientes, que es a veces con quienes más nos cuesta.
Cuando tratemos con delicadeza a nuestros familiares,
entonces estaremos preparados para salir a evangelizar.
Pero nosotros muchas veces queremos arreglar todo a los
gritos, y si bien algunas almas aceptan esto, la mayoría huyen y se desaniman
en el camino del bien.
Por eso la dulzura es tan necesaria en todo apóstol, y en
quien tenga que hacer las veces de padre, material o espiritual, pues es mejor
tener como defecto la mucha dulzura, antes que el ser intransigentes.
Si pecamos por ser dulces, Dios no será tan severo con
nosotros en el Juicio. Pero si pecamos por ser duros de corazón y de carácter
áspero, seremos tratados por Dios como nosotros hemos tratado a los demás.
Así que una gran virtud del apóstol debe ser la dulzura,
usando dureza sólo para sí mismo, pero para los demás debe tener sólo bondad y
comprensión.
Sitio Santísima Virgen
¡Buenos días!
Aunque no seas artista
“Descarguen en el
Señor todas sus inquietudes, ya que él se ocupa de ustedes”. Si lees y meditas
la Biblia, encontrarás esta exhortación y otras semejantes. Te ayudarán a
fortalecer tu confianza en Dios que te ofrece refugio “a la sombra de sus alas
mientras vienen calamidades” de cualquier clase y magnitud. “No temas, contigo
estoy. Yo te amo”, te asegura Dios.
Aunque no escribas libros, eres el escritor
de tu propia vida… Aunque no seas Miguel Ángel, puedes hacer de tu vida una
obra maestra… Aunque no entiendas de cine, ni de cámaras, tu existencia puede
transformarse en un film primoroso... con Dios de productor. Aunque no
entiendas de música, tu vida puede ser una magnífica sinfonía que los clásicos
respetarían... Aunque no hayas estudiado en una escuela de comunicaciones, tu
vida puede transformarse en un reportaje modelo... Todo, todo... depende de tu
confianza en Dios, y de tu empeño en ser digno hijo suyo.
Confiar en Dios,
es depositar toda nuestra fe en él. Dejarle el cuidado de tus cosas. Permitirle
disponer de tu futuro, porque sabes que te ama más que tú mismo. Reposar en él
“como un niño en brazos de su madre” (salmo 131). Y confiar sobre todo en las
pruebas, cuando las cosas resultan incomprensibles.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para adorarte y
servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a tí sólo busco, a tí
sólo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es conocerte y amarte. (Sol
1,1). La mies es mucha y pocos son los obreros para recogerla. El Señor
dijo: Vengan a mí los que están cansados y agobiados, que yo los
consolaré (Mt 11.28). Es la palabra de Dios. Alabado sea Jesuscristo.
Amén. Yo dibulgo cada día Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de
que se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y suplico a todos
los creyentes y no creyentes , que pidan al Señor Jesuscristo en
oración, que no haya más guerras ni hambre en el mundo, ni atentados
terroristas, ni políticos de guante blanco y reine la Paz, así cómo el
amor, en todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado
Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro López