Alabado sea
Jesucristo…
Estamos en la víspera de un domingo que tendrá dos
celebraciones importantes para la Iglesia: por un lado se trata del Domingo
Mundial de las Misiones (DOMUND), día culminante dentro de lo que es este mes
de octubre consagrado a las misiones; y por otro lado se celebrará (junto con la finalización del Sínodo de las Familias) la
beatificación de Papa Pablo VI.
En los lugares más pobres y necesitados del mundo, van
los misioneros a llevar la alegría del Evangelio. Pero no sólo llevan el agua
del bautismo para no morir sin esperanza, sino que además llevan el agua
potable necesaria para la vida, la educación que abre posibilidades de futuro,
el pan bendito de la solidaridad y del progreso junto con el pan eucarístico
que es amor, verdad y luz.
De Pablo VI podemos decir que fue el primer papa
contemporáneo que salió “en misión” y recorrió los cinco continentes llevando
el Evangelio en sus quince años de pontificado (1963 a 1978). Además nos dejó -entre
los diversos documentos de su magisterio pontificio- la Exhortación Apostólica Envagelii Nuntiandi, sin la cual no
entenderíamos ni la encíclica Redemtoris
Missio de Juan Pablo II, ni la Exhortación Apostólica Envangelii Gaudium del Papa Francisco, que constituyen los tres
pilares de la comprensión y del impulso actual de las misiones.
Bendito Pablo VI: que no sólo este domingo, sino que
todos los días sean día del Señor, domingo sin ocaso, domingo mundial de las
Misiones.
¡Buenos días!
Todavía tienes tiempo.
“Los ideales se
parecen a las estrellas, porque nunca los alcanzamos; pero, como los
navegantes, dirigimos por ellos el curso de nuestras vidas”, escribió Albert
Schweitzer premio Nobel de la Paz (1952). Es importante lograr una feliz
armonía entre tus sueños y la realidad en medio de la cual debes encarnar los
ideales que movilizan tu vida.
Todavía estás a tiempo de soñar. Todavía
estás a tiempo de cambiar. Todavía estás a tiempo de crear, de crecer y de
buscar. Todavía estás a tiempo de seguir un ideal. Todavía estás a tiempo de
emprender un nuevo camino, de sembrar y cosechar. Todavía estás a tiempo de
dar. Todavía estás a tiempo de madurar. Todavía estás a tiempo de perdonar, de
probar y de amar. Todavía estás a tiempo de hacer realidad alguno de tus más
apreciados sueños. Toda la fuerza para que esto suceda está en tu interior.
El paso fugaz del
tiempo es percibido por todos. El salmista (S. 90) dice que, “aun cuando
lleguemos a los 70 y 80 años, al fin tenemos la impresión de que han pasado a
prisa y como volando; Señor, enséñame a calcular mis años, para que adquiera
sabiduría”. Buena lección, ¿verdad? Aprovecha intensamente este día.
Enviado por el P. Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para adorarte y
servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a tí sólo busco, a tí
sólo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es conocerte y amarte. (Sol
1,1). La mies es mucha y pocos son los obreros para recogerla. El Señor
dijo: Vengan a mí los que están cansados y agobiados, que yo los
consolaré (Mt 11.28). Es la palabra de Dios. Alabado sea Jesuscristo.
Amén. Yo dibulgo cada día Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de
que se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y suplico a todos
los creyentes y no creyentes , que pidan al Señor Jesuscristo en
oración, que no haya más guerras ni hambre en el mundo, ni atentados
terroristas, ni políticos de guante blanco y reine la Paz, así cómo el
amor, en todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado
Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro López