Arrastro las cadenas de un ensueño,
por caminos de estrechos desconsuelos,
buscando entre la escarcha y la alborada
éste dolor que nace en el recuerdo.
Te alejas como el humo de una llama,
como un soplo de brisa pasajero,
y crecen los silencios en la noche
¡ y quema tanto el aire si te pienso!