Herminia Lægreid
Femme fatale
Me dices amor. Y tus ojos
se estrellan
en la curva
de
mi
cuello
Me dices ternura
y tus babas resbalan
sobre la seda
de mis pechos.
Quiero saber todo de ti
-dices entre trago y trago-
mientras tu mente vuela
enredada entre mis piernas
de mármol.
Te digo
oh sí
oh sí
Alma mía.
El juego está en marcha.
El tapete verde
los naipes gastados
el joker bajo la manga.
Mis pestañas abanican
el licor de tu copa.
Mi cielo, te digo
mientras mis uñas arañan
el cristal de la noche
y mis labios manchan
las sombras de los
árboles centenarios.
Imaginas ya
mis gemidos y tu poder;
mis pupilas brillantes
y tu alarido de bestia herida
al rojo encaje
de la luna.
Mis tacones marcan
el ritmo de la noche
Caminas a mi lado
soñando la dulce batalla.
Oh tú, pálido soldado:
Te diriges al ara del sacrificio.
Porque yo, esta mañana,
me desperté con ganas de matar.