Alabado sea
Jesucristo…
Hay un dicho popular que dice que el fracaso comienza
cuando termina el esfuerzo. Y en estos tiempos el demonio, que evidentemente
tiene un gran dominio sobre la humanidad, nos quiere hacer creer que ya no
podemos hacer nada, que ya está todo perdido, y por medio del desaliento, nos
hace bajar los brazos y amedrentar, de modo que ya nos encerramos en nosotros
mismos, nos dejamos dominar por la tristeza, y así somos inofensivos y no
hacemos mella contra el Mal.
Esta arma del desaliento el diablo la usó también con
Jesús, Nuestro Señor, pero no logró nada. A nosotros también nos tienta de esta
manera, y debemos tratar de que no logre sus objetivos, recordando que la
victoria siempre es y será de Dios y de su Madre, y de quienes estemos con
Ellos en el combate.
Así que adelante sin miedo, que si Dios está con nosotros
¿quién estará contra nosotros?
No dejemos que todo siga igual, sino renovemos el valor y
el coraje, para lanzarnos al apostolado y a hacer el bien en todas partes, al
menos en donde Dios nos colocó, porque la ayuda de Dios no falta a quien confía
en Él y trabaja por su causa.
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¡Buenos días!
Un corazón sencillo
Según santo
Tomás, Cristo nos recomendó sobre todo la humildad, porque con ella se anula el
principal impedimento para nuestra santificación. Todas las demás virtudes
derivan de ella su valor. Sólo a ella le concede Dios sus dones, y los retira
cuando ella desaparece. La dignidad y grandeza del hombre es don de Dios; su
miseria, fruto de su corazón extraviado.
Santa María, Madre de Dios, dame un corazón
de niño, puro y transparente como una fuente. Dame un corazón sencillo, que no
saboree la tristeza; un corazón generoso en entregarse, tierno a la compasión;
un corazón fiel y generoso, que no olvide ningún beneficio y no guarde rencor
de ningún mal; dame un corazón manso y humilde, que ame sin exigir ser amado,
que goce desapareciendo en otro corazón delante de tu Divino Hijo; un corazón
grande e invencible, que ninguna ingratitud cierre y ninguna indiferencia
canse; un corazón atormentado por la gloria de Jesucristo, herido de su amor,
con una herida que no se cierre hasta el Cielo. Amén.
“Si no vuelven a
ser como niños, no entrarán en el Reino de los cielos”, dijo Jesús. Los niños
son puros, inocentes, sencillos, sinceros, confiados. Pidamos al Señor con
insistencia que estas cualidades típicas de los pequeños, vayan configurando
nuestro corazón para poder ver ese divino rostro que sólo se revelará a los
puros de corazón.
Enviado por el P. Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para adorarte y
servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a tí sólo busco, a tí
sólo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es conocerte y amarte. (Sol
1,1). La mies es mucha y pocos son los obreros para recogerla. El Señor
dijo: Vengan a mí los que están cansados y agobiados, que yo los
consolaré (Mt 11.28). Es la palabra de Dios. Alabado sea Jesuscristo.
Amén. Yo dibulgo cada día Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de
que se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y suplico a
todos los creyentes y no creyentes , que pidan al Señor Jesuscristo en
oración, que no haya más guerras ni hambre en el mundo, ni atentados
terroristas, ni políticos de guante blanco y reine la Paz, así cómo el
amor, en todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado
Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro López