Alabado sea
Jesucristo…
Pensando que ayer hemos recordado a los fieles difuntos,
es bueno tener presente que Dios quiere que todos se salven.
El Papa Juan Pablo II afirma que “el infierno es la situación en que se sitúa definitivamente quien
rechaza la misericordia del Padre, incluso en el último momento de su vida...
El infierno más que un lugar indica la situación en que llega a encontrarse quien
libre y definitivamente se aleja de Dios, manantial de vida y alegría”
(28-7-1999). Por su parte, el Catecismo de la Iglesia Católica dice que es “el estado de autoexclusión definitiva de la
comunión con Dios y con los bienaventurados” (Cat 1033).
Santa Teresa de Jesús nos cuenta: “Un día murió cierta
persona, que había vivido muy mal y por muchos años. Murió sin confesión, mas a
pesar de esto no me parecía que se había de condenar. Mientras estaban
amortajando el cuerpo, vi que muchos demonios tomaban aquel cuerpo y parecía
que jugaban con él... Cuando pusieron el cuerpo en la sepultura, era tanta la
multitud de demonios que estaban dentro para apoderarse del mismo, que yo
estaba fuera de mí al verlo y tuve que hacer un gran esfuerzo para disimularlo.
Consideraba qué harían de aquella alma, cuando así se enseñoreaban del triste
cuerpo. Ojalá el Señor hiciera ver esto que yo vi a todos los que andan por mal
camino, pues me parece que sería muy eficaz para persuadirlos a vivir bien”
(Vida 38,24).
Lo que todos nosotros podemos hacer es rezar y ofrecer
misas por las almas del purgatorio y tener en cuenta lo que se expresa a continuación:
Sacar un alma del Purgatorio cada día
Desde el 1 al 8 de Noviembre se puede sacar cada día un
alma del Purgatorio, es decir, ganar una indulgencia plenaria aplicable a los
difuntos.
A los fieles que visiten devotamente el cementerio y
oren, aunque sea sólo mentalmente, por los difuntos, se les concede indulgencia
plenaria únicamente aplicable a las almas del Purgatorio. Cada uno de los días
desde el 1 al 8 de noviembre.
Para ganar la indulgencia plenaria cada día, liberando un
alma del Purgatorio, también es necesario cada día visitar una Iglesia y rezar
un Padrenuestro y el Credo, añadiendo la confesión sacramental (que puede ser
una semana antes o después), comunión eucarística y una oración por las
intenciones del Sumo Pontífice.
¡Buenos días!
Avalancha de nieve
María Simma fue una sencilla campesina que desde pequeña
oraba por las almas del Purgatorio. A los 25 años fue favorecida con el carisma
de ser visitada a menudo por estas almas. Vivía sola en su casita de Sonntag en
Austria. Fue alentada en su tarea por el párroco y el obispo. Con generosidad
María respondía siempre a los pedidos de las almas benditas.
Una noche de 1954
un joven estaba en su casa, cuando de improviso un terrible alud se abatió tan
cerca que oía gritos que pedían auxilio. De inmediato el joven se levantó y se
precipitó para socorrer a esas personas. Pero su madre en la puerta quiso
impedirle el paso. El joven, conmovido por los gritos y resuelto a auxiliarlos,
empujó a su madre y le dijo: "¡Sí, yo voy! ¡No quiero dejarlos morir así!”
y salió. Pero también él, a lo largo del trayecto, fue alcanzado por otro alud
y murió... Dos días después se apareció a María Simma y le dijo: "Haz
celebrar tres misas por mí, así seré liberado del Purgatorio". Más tarde
el joven le explicó que al entregar su vida por esas personas, el Señor perdonó
sus muchos y graves pecados y pudo entrar rápidamente al Cielo porque la
caridad cubre la multitud de las culpas.
El Purgatorio es el estado de los que mueren en amistad
con Dios pero, aunque están seguros de su salvación eterna, necesitan aún de
purificación para entrar al Cielo. Nosotros podemos ayudarlos ofreciendo
expiaciones a Dios, como Misas, oraciones, obras de misericordia, etc. Son
actos excelentes que el Señor te recompensará.
Enviado por el P. Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para
adorarte y servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a tí
sólo busco, a tí sólo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es
conocerte y amarte. (Sol 1,1). La mies es mucha y pocos son los
obreros para recogerla. El Señor dijo: Vengan a mí los que están
cansados y agobiados, que yo los consolaré (Mt 11.28). Es la
palabra de Dios. Alabado sea Jesuscristo. Amén. Yo dibulgo cada día
Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de que se propague la
Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y suplico a todos los creyentes y
no creyentes , que pidan al Señor Jesuscristo en oración, que no
haya más guerras ni hambre en el mundo, ni atentados terroristas,
ni políticos de guante blanco y reine la Paz, así cómo el amor, en
todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado Corazón
de Jesús, está conmigo. Casimiro López