Cuando mi voz calle con la muerte,
Mi corazón te seguirá hablando.
Locura de amor, ¡bendita sea!,
que me lleva a la agonía,
a desearte cada día,
aún sin bendición.
Me envuelvo entre suspiros,
que en mi pecho se aprietan,
que desgarran por dentro,
la pasión y el deseo.
Y en este devenir de dolor
me envuelve la esperanza
de recobrar la libertad
para poderte entregar.
¡La locura de mi alma!.